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Panel: Administración de riesgos en instituciones de salud

El coordinador de la mesa fue el Dr. Carlos Miodownik Vera (Gerente de Asuntos Jurídicos de OSSEG). Los disertantes invitados fueron: Dr. Juan Carlos Ferrería (Médico legista y miembro del Comité de Ética Hospitalario del Hospital de Pediatría Garran), Dr. Horacio Dillon (Director Académico de Fundación Osde), Dr. Francisco J. León (Magíster en Bioética, Profesor del Centro de Bioética de la Universidad Católica de Chile), Dr. Gustavo Pisani (Abogado).
El tema abordado fue: “Prevención y gestión del riesgo médico legal. Tratamiento de eventos adversos. El deber de informar y la relación médico/institución–paciente.”

El primero en hablar fue el Dr. Juan Carlos Ferrería, y comenzó su disertación sosteniendo que para hablar de administración y gestión de riesgo es inevitable hablar de “error en medicina”, sobre el cual dijo: “Entendiéndolo como aquellos riesgos que se pueden presentar por deficiencias de los sistemas institucionales y sanitarios de los cuales el médico y el paciente son víctimas”. Y más adelante agregó: “Los objetivos de mi presentación están fundamentalmente orientados a describir el trabajo que estamos realizando en nuestro hospital, y a reflexionar sobre algunas aristas de este tema. Yo formo parte del staff del Hospital Nacional de Pediatría Juan P. Garrahan en el que hace unos 8 años atrás se creó un área de gestión de calidad en la cual se incluyen diversos comités: los de historia clínica, el de gestión de riesgo, el de guías clínicas, el de análisis de procesos, el de mortalidad, el de satisfacción del cliente, el de medicina basada en evidencia, y el de investigación de tecnología sanitaria. Y todos estos comités forman parte del área de calidad que está orientada a mejorar la asistencia que el hospital se obliga prestar. Dentro del programa de calidad tenemos otro de fármaco-vigilancia, de control de infecciones, de control de la actividad de hemoterapia, de riesgo laboral, y otro de tumores del sistema nervioso central. Nosotros partimos de la base de que nuestro hospital es de alta complejidad, y que la medicina moderna impone una alta complejidad. Y como esto puede producir un aumento del nivel de riesgo; entonces se impuso una necesidad de vigilancia y una serie de procesos para mejorar la seguridad. Con respecto a esto quiero aclarar que en general en nuestro país es poco lo que conocemos de nuestros sistemas sanitarios con respecto al tema del error y la seguridad, y no son muchas las instituciones que invierten tiempo, inteligencia y dinero en estas cuestiones. La gestión del riesgo dentro del área de calidad tiene 3 objetivos: la gestión de riesgo clínico (que tiene por objetivo mejorar la calidad asistencial de los pacientes), después hay una gestión de riesgo jurídico; y el tercero es el riesgo financiero. Pero si nosotros logramos una mejor calidad en la atención del paciente, tanto el riesgo jurídico como el financiero se van a ver disminuidos. Muchas veces nos quieren correr con que hay que mejorar la calidad de la atención por los juicios de mala praxis. Pero no debe ser por eso que tenemos que mejorar la calidad de nuestra atención, sino que debe ser porque con eso incrementamos la calidad en la atención de los pacientes y de los profesionales que trabajan en el área sanitaria”.

Por su parte el Dr. Horacio Dillon habló sobre la litigiosidad indebida, que a su criterio es el porcentaje más grande de las situaciones que entra en situaciones de judicialización. Al respecto aseguró: “La Argentina es el país con el índice más alto de litigiosidad, y en comparación con otros índices nosotros venimos bajando los negativos (enfermedad cardíaca, cáncer, ASV, mortalidad infantil, entre los principales), y a su vez venimos aumentado paulatinamente los índices de expectativa de vida. O sea que acá se presenta una situación que es irónica: cuanto más y mejores cuidados brindamos, más cantidad de juicios y se presentan”. Luego explicó: “La litigiosidad indebida la vamos a tomar como una enfermedad, que en este momento es grave y que afecta no solamente al médico sino también al sistema de salud y a nuestros pacientes, que es lo más grave de todo. Sobre el sistema de salud vemos que hoy en día las clínicas en situaciones de quebranto son cada vez más, al igual que las obras sociales concursadas, y los médicos que han pasado por alguna situación judicial. Los montos de las demandas son exorbitantes, lo que está llevando a una progresiva desfinanciación del sistema, al retiro de varias aseguradoras y a un muy mal uso de los recursos”. El Dr. Dillon también explicó cómo afecta esto a los profesionales: “Esto genera un deterioro de la relación médico-paciente, es el adiós a la confianza, y no se puede ser médico sin esta relación, y este matrimonio que antes era el médico y su paciente se está rompiendo, está viendo la irrupción en ese escenario de un montón de actores que están deteriorándola: el marketing de la salud (que en realidad es le marketing de la enfermedad); los economistas de la salud; el exceso de médicos ultra especializados que no siempre tienen la formación humanista que todo médico requiere; el abandono de la práctica profesional”, entre otras. Finalmente se refirió al ‘no reconocimiento del error’: “Si uno no reconoce los errores no puede transmitírselos a sus discípulos y muchos errores se repiten eternamente”.

En tercer lugar tomó la palabra el Dr. Francisco J. León quien aportó una visión diferente a la que habitualmente tiene los profesionales del derecho y de la salud en general, y explicó cuáles son los puntos que intenta aportar la bioética al debate en cuestión. Al respecto dijo: “Lo primero que se propone desde la bioética es el diálogo, es un debate interdisciplinario. Con esto quiero decir que no vasta solo con la visión del médico, la visión del gerente, del paciente o del jurista. Lo que hace falta es una compenetración de visiones para ver en toda su amplitud cuáles son los problemas del sistema de salud y tratar de aportar soluciones positivas… La mayoría de las demandas contra profesionales de la salud (en algunos países de Europa y Latinoamérica) tienen que ver con aspectos éticos que han fallado en la relación institución de salud-médico-paciente. O sea, se trata de defectos del sistema de salud”. Sobre los comités de ética sostuvo: “El comité de ética puede ayudar no solamente asesorando en casos especiales donde se produce una crisis de la relación médico-paciente, o cuando hay en juego una decisión clínica muy crítica; sino que también tienen una labor preventiva importante que es la de velar por la ética de la institución: no enjuiciar ni a los médicos, ni a los pacientes, ni a la institución. Porque no es un comité de enjuiciamiento, sino de asesoría. Y puede asesorar a todos en el cómo se podrían cumplir los principios éticos”.

El último expositor de la mesa fue el Dr. Gustavo Pisani, quien dedicó gran parte de su disertación a hablar sobre quiénes son los sujetos que tienen la necesidad de contratar un seguro de responsabilidad civil: “Para empezar, de arriba hacia abajo, tienen un interés legítimo una obra social, un sistema de medicina prepaga, una clínica, un médico que actúa como jefe de equipo, o un médico que trabaja de forma independiente. Yo entiendo al seguro que necesita una obra social o una prepaga como aquel que tiende a garantizar un eventual daño que pudiera causar la red de prestadores a un afiliado de esa institución. Obviamente ese perjuicio que se le causa al afiliado tiene que estar denunciado dentro de un marco de una especialidad o una actividad profesional que fue denunciada previamente al momento de contratar el seguro. En cambio hay una gran diferencia con la necesidad que tiene una clínica o una empresa que se dedica a las prestaciones de servicios de salud porque básicamente una póliza de RC para clínicas se manifiesta, o se le extiende una cobertura, dentro de un ámbito espacial determinado. Entiéndase eso no solamente como el lugar físico, estricto, en donde se desarrolla las especialidades sino también todas aquellas prestaciones que se hagan con personal interno o contratado por esa institución, y que vayan a ver a pacientes a domicilio o bien trasladen a pacientes en ambulancias propias. Aunque las derivaciones, por lo general, en los seguros de responsabilidad civil no están cubiertas y necesitan un aseguramiento especial”. Luego hizo un llamado a la reflexión sobre un concepto jurídico relacionado con el riesgo de la salud y la administración: “Yo entiendo que el médico es una persona que eligió como riesgo la administración de la enfermedad. Si hay una profesión por excelencia en la cual uno tiene que tener convicción y vocación es la de ser médico. Creo que todas las personas que se dedican a la vida de salud saben que en definitiva su administración está relacionada con la administración de la enfermedad. Y este no es un dato menor. Hay una regla que hoy se mencionó acá que dice que mientras mayor sea el riesgo, mayor es el deber de información al paciente. En odontología especialmente los tratamientos son por lo general bastante cruentos, en donde el profesional debe actuar dentro de un espacio reducido, donde tiene que trabajar con herramientas de riesgo, y tiene la necesidad y obligación de indicarle a su paciente cuál es el mejor tratamiento que se puede aplicar sobre su boca. Y al mismo tiempo, debe explicarle que está manejando elementos de riesgo y que puede causar accidentes que no necesariamente sean un supuesto de mala praxis, sino que pueden ser accidentes relacionados con la actividad. Un ejemplo de esto es cuando un odontólogo extrae un diente y se queda con un pedazo de encía, y que a raíz de eso se produce una comunicación bucosinusal. Este accidente puede ser un hecho fortuito, pero si relacionamos esto con el deber de información, podemos citar que la jurisprudencia ha dicho en reiteradas oportunidades que la extracción de una pieza sin una placa respaldatoria con anterioridad a esa extracción implica que el profesional empieza el partido 1 a 0 en contra. A veces una cuestión de confianza profesional o meramente administrativa implica que un profesional pierda un juicio”.

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